sábado, 31 de mayo de 2008

Charles Bukowski."Ah, sí"

Ah, sí,
existen cosas peores que
estar solo
pero a menudo lleva décadas
darse cuenta
y la mayoría de las veces
cuando lo hacés
es demasiado tarde
y no hay nada más terrible
que
demasiado tarde.
Charles Bukowski

jueves, 29 de mayo de 2008

Edward Estlin Cummings. De alguna parte en la que nunca estuve


de alguna parte en la que nunca estuve
tus ojos tienen ése silencio:
en tu gesto más leve hay cosas que me contienen,
y que no puedo tocar de tan cerca que me encuentro

y aunque me cierre como dedos
tu mirada fugaz me soltará sin esfuerzo,
siempre me abrirás pétalo por pétalo
como el misterio de la primavera abre su primera rosa

y si tu deseo fuera cerrarme
mi vida y yo nos cerraremos repentinamente
como cuando el corazón de esta flor imagina
la delicadeza de la nieve cayendo en todas partes;
nada que percibamos en este mundo
iguala la fuerza de tu fragilidad:
cuya textura me apremia con el color de sus países,
esparciendo muerte y eternidad en cada latido

(no sé que hay en tí que se cierra y se abre;
sólo una parte de mí acepta
que la voz de tus ojos es más profunda que las rosas)
nadie, tampoco la lluvia, tiene las manos tan pequeñas.
Edward Estlin Cummings

miércoles, 28 de mayo de 2008

Pablo Neruda. Walking around


Walking around

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas moradas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
no quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos,
aterido, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llear con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

Pablo Neruda

domingo, 25 de mayo de 2008

Dame un susto




Te lo he dicho todo, no ha quedado nada por decir. Te lo he dicho de tantas maneras, en tantos momentos, con amor, con rabia con tristeza con esperanza con cariño te he dicho que te quiero, que te quiero, que te quiero.

Que veo tu cuerpo y siento que es mi cuerpo. Tus ojos que esconden mis ojos, tu piel que, ya, me gustaría, incluso arañar.

Te quiero y no entiendo como he tenido la suerte de conocerte de tenerte cerca de que hagas que todo el agua de mi cuerpo se convierta en un surtidor en el que me ahogo sin pedirte clemencia. Me inundas me electrizas, me atontas, me ciegas. Me vuelves loca.

Sólo me queda una manera de decirte que te amo: olvidarte, olvidarme de ti, desde ahora y para siempre.

Pero no lo haré, porque a mí, me gustas, me deleitas, me inspiras, me llenas. Me acobardas, me asustas, me espantas...

Perdí la vergüenza, el decoro, la modestia. Me tendí a tus pies como una alfombra persa.


Y tú, mi tesoro, ni te enteras, ni osas profanarme, ni me aprecias ni me desprecias.

Vale.

Y por si no lo había dicho, TQM.

Ven y dame un susto...


CGC

sábado, 24 de mayo de 2008

Dulce María Loynaz. Deseo



Deseo
Que la vida no vaya más allá de tus brazos.
Que yo pueda caber con mi verso en tus brazos,
que tus brazos me ciñan entera y temblorosa
sin que afuera se queden ni mi sol ni mi sombra.
Que me sean tus brazos horizonte y camino,
camino breve, y único horizonte de carne;
que la vida no vaya más allá... ¡Que la muerte
se parezca a esta muerte caliente de tus brazos!...
Dulce María Loynaz

viernes, 23 de mayo de 2008

Amalia Bautista. Vamos a hacer limpieza general



Vamos a hacer limpieza general
y vamos a tirar todas las cosas
que no nos sirven para nada, esas
cosas que ya no utilizamos, esas
otras que no hacen más que coger polvo,
las que evitamos encontrarnos porque
nos traen los recuerdos más amargos,
las que nos hacen daño, ocupan sitio
o no quisimos nunca tener cerca.
Vamos a hacer limpieza general
o, mejor todavía, una mudanza
que nos permita abandonar las cosas
sin tocarlas siquiera, sin mancharnos,
dejándolas donde han estado siempre;
vamos a irnos nosotros, vida mía,
para empezar a acumular de nuevo.
O vamos a prenderle fuego a todo
y a quedarnos en paz, con esa imagen
de las brasas del mundo ante los ojos
y con el corazón deshabitado.

Amalia Bautista

miércoles, 21 de mayo de 2008

Pablo Neruda. La canción desesperada


La canción desesperada


Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.

Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!

Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!

En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!

Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!

En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!

Hice retroceder la muralla de sombra,
anduve más allá del deseo y del acto.

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.

Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.

Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.

Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!

Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.

Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.

Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.

Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Y la palabra apenas comenzada en los labios.

Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!

Oh, sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron!

De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste.
De pie como un marino en la proa de un barco.

Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.

Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.

Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.

Es la hora de partir. Oh abandonado!

Pablo Neruda

martes, 20 de mayo de 2008

No tenemos...


No tenemos ni el tiempo
Ni el espacio.

Cuando tu empiezas
Yo termino

Cuando tienes calor
Yo siento frío

Si yo pierdo las hojas
A ti te brotan.

Pero cuando tu ríes
Yo me alegro.

Cuando tu sueñas
Yo te sueño.

Y si gritas,
Te defiendo
Con las uñas.

Y si lloras, si tu lloras,
Te apuntalo
Con mis dientes y mi boca.

Y no tenemos ni el tiempo
Ni el espacio.
CGC





viernes, 16 de mayo de 2008

Nada, nada, nada


No hay nada
Sé que no hay nada
No hay qué esperar.

Es así
No estarás a mi lado.

No eres tú
Me he equivocado.

No soy yo
No estaré a tu lado.

Es un sueño
No quiero despertar
Es un espejismo.

Me das compasión
Con esa mirada
No la quiero.

Ya no quiero nada
Nada nada nada.
CGC












jueves, 15 de mayo de 2008

Aún


Me desperté helada,
Vi mi cara pálida
En el espejo.

Apreté mis mejillas
Con las manos.

Se pusieron rojas...

Comprendí,
Que aún estaba
Viva.

CGC

martes, 13 de mayo de 2008

Me hará santa



Yo me dí
Por vencida,
Y no luché.

¿Cómo hacerlo?.

Abandoné mis caretas
Y me retiré,
A éste desierto.

Y aquí encontré,
Esta soledad,
Que me matará,

O me hará santa.
CGC
Gijón 1993

lunes, 12 de mayo de 2008

Salvo la vida


Todo el mundo sabe lo que siento. Mejor que yo...

No tengo certidumbre de mis pensamientos de mis emociones, de mis regocijos sí, aunque sean momentáneos, sé que resueno como un cascabel o un repique de campanas.

Es verdad que la “sombra” que yo quiero me pone como unas Alegrías de Cádiz. Y no me importa nada más.

Tú música es curativa para mis células, me vuelve etérea, cristalina, parlanchina y siento mi cuerpo, de la nuca a los pies, volando por el vacío.

Y no quiero nada, no necesito casi nada, sólo esa mágica presencia que no veo ni miro pero que reluce, más allá de la calle del autobús, de la cena que hago rápida y de mis noches apacibles, sin sueños ni pesadillas.

Te tengo incorporado a mis trasiegos mentales: en los que busco el amor, pero guardo la ropa. Demasiado egoísta, demasiado llena o vacía para compartir. Quizá demasiado fría, a estas alturas.

Pero si te acercas y me miras aunque sea un microsegundo, me pones, me pones a cien por hora y más morada que un lirio. Y te doy las gracias, porque es posible que ningún otro cuerpo, haga ya, eso conmigo.

Me “pones”, sí que me pones y me quedo rendida a tus pies, porque sé que no me harás daño. Tienes un corazón grande y hermoso, como tú.

Y yo no tengo nada que perder, salvo la vida.


CGC

sábado, 10 de mayo de 2008

Pablo García Baena. Elegía


ELEGÍA

Me envuelvo en tu recuerdo
como en nieblas secretas que me apartan del mundo.
En la calle sonrío al amigo que pasa,
y nadie,
nunca nadie
adivinó mi muerte bajo aquella sonrisa
ni el frío sin consuelo de mis ojos que ciegan
pidiendo de los tuyos más desdén,
más veneno.
Ahora que la tarde se derrumba en las sombras,
y que el libro de versos resbala por mis manos,
ahora que la lluvia llora por los cristales
de mi ventana,
y llanto va a caer de mis ojos,
antes de que una mano encienda la dorada
llama de mi quinqué,
dime si tú no sueñas en tu balcón, ahora
que la lluvia nos une a los dos con sus lágrimas,
o si sobre el teclado de tu piano oscuro
agoniza Chopin
bajo tus manos trémulas.
Nunca sabrás el loco deseo que me tortura
de cautivar tus labios bajo mi boca ávida,
y sentir el latido de tu sien en mi mano
aprisionada como un pájaro aterido.
Pero no sabrás nunca nada de mi deseo.
Nada de cuando pienso desgarrar con mis dientes
los azules canales de tus venas
y juntos
morirnos desangrados, confundidas las sangres.
Pero estamos ajenos.
Yo sigo en mi ventana,
y tú soñando en otro mientras Chopin suspira,
ahora que aún no arde en mi quinqué la luz
y que a los dos nos une la lluvia con sus lágrimas.

Pablo García Baena

viernes, 9 de mayo de 2008

Alejandra Pizarnik. Exilio


EXILIO

a Raúl Gustavo Aguirre

Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas
aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ámgeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.

Alejandra Pizarnik

jueves, 8 de mayo de 2008

Saborear


Un hueco en tu cama
Un delantal en tu cocina
Tu mano en la bañera...

Quiero tu corazón,
Dame Todo tu corazón.

De tu cuerpo, serrano mío,
Me ocupo yo.

T e voy a saborear.

CGC

lunes, 5 de mayo de 2008

Oculto tesoro


Un día como hoy, sería un buen día para que vinieras a buscarme.
Acercarte a mi puerta, tocar el timbre tres veces como hacen los enamorados.

Me pondría los zapatos, pintaría mis labios con un rojo suave para no mancharte y correría escaleras abajo sin esperar el ascensor.


Pasearíamos por la playa, donde rompen las olas con los pantalones remangados dejando que la espuma roce nuestros pies.

Te hablaré sólo de cosas bonitas y esperaré a que quieras tomarme la mano.

Te invitaría a nadar un par de largos por la playa pequeñita y si no fuera una playa tan urbana, a secar nuestros cuerpos desnudos sobre la arena.

Aquí se acaba la historia. No hace tiempo para ir a la playa, no sabes el camino de mi casa, no estamos enamorados y me parece, que mojarte no te va.

Pero un poco de imaginación no creo que me mate.

Si no fuera tan difícil, me alejaría de ti. Buscaría una casa en la montaña, con vistas al mar, plantaría muchas flores, un cerezo una higuera un acebo y un olivo.

Pondría un detector contra “hombres duros” que naturalmente te alejaría de mis dominios.

Juego con mi cabeza, disfruto con tu ausencia y te tengo, mucho más, que si te tuviera.

Eres mi más oculto tesoro.




Y si el mundo se quiere parar, que se pare...

CGC

sábado, 3 de mayo de 2008

Todavía te espero


Todavía te espero

Todavía te espero
En esta tarde gris de domingo
Sueño con tu boca tus ojos
Tus piernas y esas manos
Bonitas

Te espero te huelo
Me envuelve tu voz
Tus gestos de hombre

Espero romper las barreras
Entrar en tu espacio
Ser la mujer que te quiera
Hasta el final de los tiempos

Te espero, todavía espero,
Que des ese paso pequeño
Que aparte el hielo del fuego.

Es un domingo gris y yo cariño mío

Te espero

CGC

jueves, 1 de mayo de 2008

Josefina de la Torre.Todos los días


Todos los días
llama a mi puerta el desconsuelo
Estoy vacía y su eco resuena
por todos los rincones de mi vida.
Se estremece mi sangre
que es un hilo de hielo
al faltarme el calor de tu presencia.
No comprendo el idioma del paisaje;
qué quiere decir sol,
cielo azul
aire.
No comprendo mi ritmo,
ni mi esencia,
ni por qué sigo andando,
respirando,
contemplando a la gente,
a los perros que pasan,
a los pájaros
que mi balcón visitan diariamente.
Ni por qué la mirada,
mis ojos,
abarcan el entorno que me envuelve.
Ya no comprendo nada.
El mundo se me ha vuelto
un compañero extraño
que camina a mi lado
y no conozco.
¿Qué quiere decir vida?
Ya no encuentro
aquel sabor que un tiempo me dejara.
Las palmas de mis manos
se cierran sin calor,
desconsoladas.
Que eran tuyos tu casa y tu paisaje;
que está en ellos la huella de tus pasos,
el hueco de tu cuerpo
Y está la casa llena
de tu recuerdo

Josefina de la Torre