sábado, 20 de octubre de 2007

Amores y pudores




Hay dos frases que nunca le he dicho a un hombre: “te quiero” y “no te quiero”.


La primera por pudor, la segunda porque yo no soy capaz de decir eso.

He pensado que los hechos podían hablar por sí solos. Aunque, pensándolo bien, creo que me han correspondido con la misma moneda. Nada de sentimientos expresados explícitamente.

Lo lamento, quizá tenía que haber sabido decir palabras cariñosas, pasar la mano por el hombro, aprender algo de coquetería eficaz, arreglarme más.

No haberme pasado la vida en pelotas por la casa (cuando estábamos solos, claro) siempre me pareció natural y mi máxima coquetería y provocación era freír los filetes con un delantal de cocinera y el culo al aire.

No, a los hombres no les va eso. Yo aún no sé lo que realmente les pone, pero nada naturista ni culinario. Menos, con una mujer que siente menos pudor desnuda que con ropa cara. Y que es probable que calcine los filetes.

Mi recato ha sido para palabras como esa “te amo”. Pero voy a rectificar.

En cuanto tenga ocasión, me pondré mi ropa más púdica y ante el espejo repetiré una lista, previamente copiada, de palabras amorosas, mi vocabulario al respecto es muy limitado.

En cuanto a decir “no te quiero” no voy a aprender. De alguna manera, quien ha formado parte de tu vida, queda grabado en tus neuronas y eso es para siempre.


CGC