lunes, 29 de octubre de 2007

Raymond Carver




Raymond Carver

Traducción de Juan Carlos Calvillo



ESTA MAÑANA

Esta mañana fue algo especial. Un poco de nieve
yacía sobre el suelo. El sol flotaba en un claro
cielo azul. El mar era azul y verdeazul,
tan lejos como alcanzaba la vista.
Difícilmente una ola. Calma. Me vestí y salí
a dar un paseo, decidido a no regresar
hasta tomar lo que la Naturaleza tenía que ofrecer.
Pasé cerca de unos viejos árboles retorcidos.
Crucé un campo esparcido de piedras
donde la nieve se había amontonado. Seguí
hasta alcanzar el acantilado.
Ahí miré largamente el mar y el cielo y
las gaviotas revoloteando sobre la playa blanca
abajo a lo lejos. Todo precioso. Todo bañado de una luz
pura y fría. Pero, como siempre, mis pensamientos
empezaron a dar vueltas. Tuve que poner de mi parte
para ver lo que estaba viendo
y nada más. Tuve que decirme a mí mismo que esto era
lo que importaba, no lo demás. (¡Y sí logré verlo
durante un minuto o dos!) Durante un minuto o dos
logré desplazar las reflexiones habituales sobre
lo que estaba bien y lo que estaba mal—obligaciones,
recuerdos tiernos, pensamientos de muerte, cómo debía
llevarme
con mi ex esposa. Todas las cosas
que esperaba se fueran esta mañana.
Las cosas con las que vivo cada día. Lo que
he pisoteado para poder seguir vivo.
Pero durante un minuto o dos pude olvidarme
de mí mismo y de todo lo demás. Sé que lo hice.
Pues cuando regresé no sabía
dónde estaba. Hasta que algunas aves salieron
de los árboles retorcidos. Y volaron
en la dirección que yo necesitaba tomar.

domingo, 28 de octubre de 2007

Agua


Cuando te tengo cerca, tu aura, que es expansiva y ocupa mucho espacio en la habitación, se une a la mía y a todas las demás. Pero como yo te aprecio con todos mis sentidos, incluso con los que no tengo, traduzco en emociones lo que brilla en ti.

Presiento el poderío que tiene tu mente que a mí, mujer gallaspera. Me pone en pie de guerra, me aterroriza y asusta la posibilidad de caer en ese dominio.

Hay en ti un gran poder que no sé si tu conoces, hay personas que tienen esa extraña cualidad que hace que los demás se sientan pequeñitos. Has nacido así.

Y debajo, emitiendo una transmisión suave, se siente tu corazón, fuerte y de latido constante, grande y amoroso para los que amas, reservado para los demás. Guardado en un cofre del que solo tu tienes la llave.

Eres como un gran embalse, controlado y seguro al que solo una tormenta puede desbordar o un gran amor. Por eso te gusta aferrarte a lo seguro. Sabes que cuando te lanzas, lo haces con tanta pasión que te puedes matar o pueden matarte. Mejor agua contenida.

Cuando estoy tranquila y resignada con mi vida, a tu lado siento calma, tranquilidad y mis sentidos se embriagan con la suavidad de la belleza que emana de tu cuerpo y te admiro como a una obra de arte, irrepetible y única, ante la cual soy una mujer diminuta y que, es la pura verdad, no aspira a nada.

CGC

28 de octubre de 2007

jueves, 25 de octubre de 2007

Días malos




Hay días malos, en los que no estás para nadie ni para nada, menos para ti.


Tienes miedo del presente y quieres volver al pasado, a un pasado que en realidad fue una mierda por más que quieras adornarlo.

En realidad mi mejor momento es ahora con 53 años. En el que he dejado de soñar más de la cuenta y disfruto lo que el día me depara sin grandes ilusiones pero suficientes.
Salvo días como hoy, en el que los recuerdos vienen a mi cabeza, recuerdos de hace, diez años, de hace veinte de más allá, pero en los que lo único que hay, es la muerte de todo lo que un día pasó o existió y el sentimiento de que nada fue completo, especial, siquiera real.

Entonces, el amor que te tengo, se vuelve posesivo, quisiera tenerte aquí a mi lado, abrazarte muy fuerte con los ojos cerrados y esposarte a mi muñeca, para toda la eternidad.

La respuesta siempre es el silencio. Silencio que no tiene solución, ni presente ni futura. Y que tarde o temprano, se hará distancia y olvido.

Todo es dar vueltas y vueltas, para adelante y para atrás. Buscando a ese alguien que nos haga sentir completas, llenas, redondas y quizá felices...

Porque sin amor, y por mucha coña que le ponga, no hay nada que hacer, por lo menos nada bueno, bueno de verdad.

CGC

jueves, 25 de octubre de 2007

martes, 23 de octubre de 2007

Frío


Veo ternura en tus ojos

Cariño en tu cuerpo

Calor en tu compañía

Claridad en tu alma.


Pero el deseo y la pasión

Solo los pongo yo.


¿Por qué eres tan frío?



CGC



sábado, 20 de octubre de 2007

Amores y pudores




Hay dos frases que nunca le he dicho a un hombre: “te quiero” y “no te quiero”.


La primera por pudor, la segunda porque yo no soy capaz de decir eso.

He pensado que los hechos podían hablar por sí solos. Aunque, pensándolo bien, creo que me han correspondido con la misma moneda. Nada de sentimientos expresados explícitamente.

Lo lamento, quizá tenía que haber sabido decir palabras cariñosas, pasar la mano por el hombro, aprender algo de coquetería eficaz, arreglarme más.

No haberme pasado la vida en pelotas por la casa (cuando estábamos solos, claro) siempre me pareció natural y mi máxima coquetería y provocación era freír los filetes con un delantal de cocinera y el culo al aire.

No, a los hombres no les va eso. Yo aún no sé lo que realmente les pone, pero nada naturista ni culinario. Menos, con una mujer que siente menos pudor desnuda que con ropa cara. Y que es probable que calcine los filetes.

Mi recato ha sido para palabras como esa “te amo”. Pero voy a rectificar.

En cuanto tenga ocasión, me pondré mi ropa más púdica y ante el espejo repetiré una lista, previamente copiada, de palabras amorosas, mi vocabulario al respecto es muy limitado.

En cuanto a decir “no te quiero” no voy a aprender. De alguna manera, quien ha formado parte de tu vida, queda grabado en tus neuronas y eso es para siempre.


CGC

miércoles, 17 de octubre de 2007

Me duele




Cuanto más te olvido

Más me dueles

Siento tu cuerpo

Muy cerca

Tu rostro es el paisaje

Que nunca conocí

Estas hecho a la medida

De mi imaginación

Y cuanto más te olvido


Más me duele.




CGC

lunes, 15 de octubre de 2007

Claveles blancos


Me dijiste que me había vuelto fría, distante, insensible, que mi corazón se había marchitado con tanta palabrería, que mis ilusiones eran ideas absurdas, que estabas seguro de que mi cama no volvería a ser visitada y que si ahora estaba sola, lo estaría mucho más.

-Por eso no lloras, ya no sabes llorar. Acabaste.

Estabas furioso y eso me gustó, me compensó de tantos años dedicados a ti y a tus caprichos. La furia no tiene nada que ver con la indiferencia.

De tu discurso yo entendí justamente lo contrario: no soy fría, bien lo sabes. Mi corazón está como un almendro en flor. Ya lo viste. Claro que me gustan las ilusiones absurdas, son las mejores. En cuanto a la cama. Ahí, si me has pillado, de tus 100 kilos de materia sonrosada aún no me he recuperado, pero todo se andará. Aún recibo interesantes peticiones y el día menos pensado me lanzo de cabeza.

En cuanto a la soledad, ahora tengo una soledad “poblada” no como la que tenía contigo, que era “soledad total “

Hoy fui a comprar crisantemos, por estas fechas están hermosos. Vi claveles blancos. Nuestros favoritos, me acordé de ti, cuando me los regalabas. Los compré.

Si ya somos casi como hermanos peleones, ¿por qué no firmamos la paz?

Te mando los claveles blancos, inmortalizados.

CGC

lunes, 15 de octubre de 2007

domingo, 14 de octubre de 2007

Sin ti


Sé, que tendré que vivir sin ti.
Y el peso de tu imagen acompañará mi vida.



Tan lejos, estás tan lejos. Metido en tu mundo que apenas sientes la onda expansiva que sale de mi corazón. No estaremos juntos, no tomaré tus manos. No acurrucaré mi cabeza contra tu pecho. Ni me ves, ni me escuchas. Cada vez estás más distante.

Están mis ojos cansados y tristes de mirar tu sombra. Tu cuerpo entrañable, tierno, querido, se va poco a poco de mi vida. Y te quiero tanto, tanto, sin tenerte, sin ninguna esperanza de romper las barreras; que solo la vida, que se va despacio, podrá devolverme la paz.

Tú eres mi último amor y estoy sola sin ti.

Mañana será otro día y seguiré viviendo sin pensarte ni esperarte.


Ya no quiero.



CGC

martes, 9 de octubre de 2007

dios


Qué tiene tu cuerpo
Que me arrastra
Cómo un agujero negro.
.
Tu boca suave
Que dibuja
Toda la geometría.

Esos ojos negros
Que me fundirían
Si osara mirarlos.

Pero tu mente
Dios mío, en tu mente,
Sólo cave dios.
CGC




sábado, 6 de octubre de 2007

Volver

Vuelta de vacaciones

Ayer, estuve pensando,
Que no podía perdonarte
Tanta ausencia.

Hoy, estoy llorando,
Porque tu recuerdo
Quiere abandonarme.

Mañana...



CGC