viernes, 30 de noviembre de 2007

Me cuesta tanto


El camino que me alejará de ti es rudo, encrespado y solitario, muy solitario.
Es necesario caminar sobre las olas para ir al otro lado.
Pero conseguiré atravesarlo.

Si hubiera un solo gesto de amor de cariño de esperanza, saltaría sobre los abismos que se abren a mis pies, te buscaría y estaría a tu lado por lo que nos quede por vivir.
Pero cada día la realidad es más real: tu no me quieres.

No hay nada que hacer y no habrá más días ni más años derrochando mi corazón. Sin una gota de agua, de tierra o de flores. Pero con muchos cardos a los que no soy inmune.
¿Por qué me enojas? ¿Acaso no tengo ya bastante?

He soñado tu abrazo, una palabra, tu mano sobre la mía. Y he sentido el aire que hace tu chaqueta al salir de tu querido cuerpo.
Luego todo silencio, lejanía y palabras que dejan mi corazón como una losa de granito de esas que hay en los cementerios.

Hundiré mi barco que lleva tu bandera pirata y solo sabe navegar en tu agua.
Nadaré hasta otro puerto muy lejos de ti. No te creas, soy buena nadadora

No me has dado ni una gota de cariño. Pero me has dado muchas cosas que tu siquiera sabes, ni te imaginas.
Por eso estarás siempre conmigo; grabado en mi vientre como un tatuaje.

No quiero nada más.
CGC

jueves, 29 de noviembre de 2007

Mi amor por ti


Mi amor por ti,
Es una pequeña vibración,
Qué siempre está
En mi mente.

Te localizo en el centro
De mi cerebro,
Recorriendo con tu templanza,
Toda mi superficie.

Formando parte,
De esa sustancia etérea,
Que soy yo.

Y no me duele,
Ni me alegra.
Pero me colma.

Me he aferrado
A tu aire, a tu luz,
A la energía de tu cuerpo.

Si me escapara,
Volvería a la soledad,

De quien no ama.
CGC

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Cofre


He tenido la señal, la señal de que no me quieres y nunca me querrás.
Encontraré mi sitio desde el cual no me duelas.
Espero que el mundo no se vuelva demasiado oscuro, sin tu luz, sin la luz que he puesto en el centro de mi frente y que iba hacia la tuya.
Ya es la hora, la hora de no sentir nada, de saber que “eso”no vale la pena.
No hay nada más que hacer ni que esperar.
No me asusta ni el fracaso ni el ridículo ni el tiempo.
Pero hay que saber cuando la hoja ya está escrita y hay que cerrar el cuaderno.
Yo lo cierro. Y me retiro.
Mi amor por ti, lo he transformado en oro; ahora lo guardaré en un cofre y tiraré la llave, para que nunca más pueda tocarte.

Te agradezco, lo mucho que te he querido.



CGC

lunes, 26 de noviembre de 2007

Momento


Hay un momento
Un segundo
El átomo de un segundo.

En el que de pronto
Siento la certeza
De que estamos conectados.

Que nos queremos de verdad
De verdad
De verdad de la buena.

Sólo es un momento
Increíble y
Suficiente.
CGC

Ángel González. Nada es lo mismo


NADA ES LO MISMO

La lágrima fue dicha...


Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.


¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?


No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:


Nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

Ángel González

sábado, 24 de noviembre de 2007

Juega


Por qué quieres jugar
A que te quieran,
Sin mojarte un zapato.

A sentarte en el altar
Rodeado de rosas bonitas.

Deberías saber,
Que el amor también hiere
A los que se declaran neutrales.

A los que meten
La cabeza debajo del ala

Y a los que temen
El castigo de Dios.

El amor necesita palabras
Gestos, silencios...

Y un corazón abierto
Como las puertas del cielo.
No todos sirven para este juego.



CGC

viernes, 23 de noviembre de 2007

Para Lola García (Recordando el pasado) Y mi Canela



El viento está
Arrancando las hojas,
Como tu adiós
Aleja mis recuerdos.

La escarcha deja los caminos,
Como tu ausencia mi habitación.

El rocío cae de los árboles,
Como mis lágrimas

Tras los cristales

Del autobús.


A Pablo 1977-1978 Madrid.
Cándida González Cano

miércoles, 21 de noviembre de 2007

¡Hay tan poca gente que ame los paisajes que no existen!

Hora absurda
Tu silencio es una nave con todas las velas llenas...
Blandas, las brisas juegan en las flámulas, tu sonrisa...
Y tu sonrisa en tu silencio es la escalera y las andas
con que me finjo más alto y junto a cualquier paraíso...
Mi corazón es un ánfora que cae y que se quiebra...
Tu silencio lo recoge y quebrado lo arrincona...
Mi idea de ti es un cadáver que el mar trae a la playa..., y mientras tanto
tú eres la tela irreal en la que mi arte yerra el color...
Abre todas las puertas y que el viento barra la idea
que tenemos de que un humo perfuma de ocio los salones...
Mi alma es una caverna colmada por la marea alta,
y mi idea de soñarte una caravana de histriones...
Llueve oro mate, mas no en lo exterior... Es dentro de mí... Soy la Hora,
y la Hora es de asombros y toda ella escombros de ella misma...
En mi atención hay una viuda pobre que nunca llora...
En mi cielo interior nunca hubo una sola estrella..
Hoy el cielo es pesado como la idea de no llegar nunca a un puerto...
La lluvia menuda está vacía... La Hora sabe a haber sido...
¡Y no haber algo como lechos para las naves!...
Absorta en alienarse de sí, tu mirada es una plaga sin sentido...
Todas mis horas están hechas de jaspe negro,
mis ansias todas talladas en un mármol que no existe,
no es alegría ni dolor este dolor con el que me alegro,
y mi bondad inversa no es ni buena ni mala...
Los haces de los lictores se abrieron al borde de los caminos...
Los pendones de las victorias medievales no llegaron ni a las cruzadas...
Pusieron infolios útiles entre las piedras de las barricadas...
Y la hierba creció en las vías férreas con lozanía dañina...
¡Ah, qué vieja es esta hora!... ¡Y todas las naves partieron!
En la playa sólo un cabo muerto y unos restos de vela hablan
de lo Lejano, de las horas del Sur, de donde nuestros sueños sacan
aquella angustia de más soñar que hasta callan para sí...
El palacio está en ruinas... Duele ver en el parque el abandono
de la fuente sin surtidor... Nadie levanta la mirada del camino
y siente saudades de sí ante aquel lugar-otoño...
Este paisaje es un manuscrito con la frase más bella suprimida...
La loca partió todos los candelabros glabros,
ensució de humano el lago con cartas rasgadas, muchas...
Y mi alma es aquella luz que nunca más tendrán los candelabros...
¿Y qué quieren del lago aciago mis ansias, brisas fortuitas?...
¿Por qué me aflijo y me enfermo?... Se acuestan desnudas al claro de luna
todas las ninfas... Vino el sol y habían ya partido...
Tu silencio que me arrulla es la idea de naufragar,
y la idea de que tu voz suene a lira de un Apolo fingido...
Ya no hay colas de pavos todo ojos en los jardines de otrora...
Las propias sombras están más tristes... Aún
hay rastros de ropas de ayas (parece) en el suelo, y aún llora
un como eco de pasos por la alameda que velahí concluida...
Todos los ocasos se fundieron en mi alma...
Las hierbas de todos los prados fueron frescas bajo mis pies fríos...
Secó en tu mirada la idea de creerte calma,
y el ver yo eso en ti es como un puerto sin navíos...
Se irguieron al tiempo todos los remos... Por el oro de los trigales
pasó una saudade de no ser mar... Frente
a mi trono de alienación hay gestos con piedras raras...
Mi alma es una lámpara que se apagó y aún está caliente...
¡Ah, y tu silencio es un perfil de cúspide al sol!
Todas las princesas sintieron el seno oprimido...
De la última ventana del castillo sólo un girasol
se ve, y el soñar que hay otros pone brumas en nuestro sentido...
¡Ser, y no ser ya más!... ¡Oh leones nacidos en la jaula!...
Repicar de campanas hacia más allá, en el Otro Valle... ¿Cerca?...
Arde el colegio y un niño quedó encerrado en el aula...
¿Por qué no ha de ser el Norte el Sur?... ¿Qué es lo que está descubierto?...
Y yo deliro... De repente hago pausa en lo que pienso... Te miro
y tu silencio es una ceguera mía... Te miro y sueño...
Hay cosas rojas y cobrizas en el modo de meditarte,
y tu idea sabe a recuerdo del sabor de un espanto...
¿Para qué no sentir por ti desprecio? ¿Por qué no perderlo?...
Ah, deja que te ignore... Tu silencio es un abanico—
un abanico cerrado, un abanico que abierto sería tan bello, tan bello,
pero más bello es no abrirlo, para que la Hora no peque...
Se helaron todas las manos cruzadas sobre todos los pechos..
Se ajaron más flores de las que había en el jardín...
Mi manera de amarte es una catedral de silencios escogidos,
y mis sueños una escalera sin principio pero con fin...
Alguien va a entrar por la puerta... Se siente sonreír el aire...
Tejedoras viudas gozan las mortajas de vírgenes que tejen...
Ah, tu tedio es una estatua de una mujer que ha de venir,
el perfume que los crisantemos tendrían, si lo tuviesen...
Es preciso destruir el propósito de todos los puentes,
vestir de alienación los paisajes de todas las tierras,
enderezar por fuerza la curva de los horizontes,
y gemir por tener que vivir, como un ruido brusco de sierras...
¡Hay tan poca gente que ame los paisajes que no existen!...
Saber que continuará habiendo el mismo mundo mañana—¡cómo nos entristece!...
Que mi oír tu silencio no sean nubes que contristen
tu sonrisa, ángel exiliado, y tu tedio, aureola negra...
Suave, como tener madre y hermanas, la tarde rica desciende...
No llueve ya, y el vasto cielo es una gran sonrisa imperfecta...
Mi conciencia de tener conciencia de ti es una prez,
y mi saberte sonriendo es una flor mustia en mi pecho...
¡Ah, si fuésemos dos figuras en una lejana vidriera!...
¡Ah, si fuésemos los dos colores de una bandera de gloria!...
Estatua acéfala retirada a un lado, polvorienta pila bautismal,
pendón de vencidos que tuviese escrito en el centro este lema ¡Victoria!
¿Qué es lo que me tortura?... Si hasta tu faz tranquila
sólo me llena de tedios y de opios de ocios temibles...
No sé... Yo soy un loco que extraña su propia alma...
Yo fui amado en efigie en un país más allá de los sueños...
Fernando Pessoa

lunes, 19 de noviembre de 2007

Caballito


Cuando algunas tardes aciagas, el corazón se me llena de remolinos, de rabia de mala leche. Me siento como un huracán que se lo llevaría todo por delante, las mesas las sillas las paredes y sobre todo esa cara de mala hostia con la que me aplastas.

No hago nada porque sé que tengo mi rincón, mi núcleo duro, mi lugar de supervivencia. En el que encuentro mi refugio, ante los malos vientos. Es ahí donde tengo mis palabras, mis libros, mis blusas bonitas.

Y me voy a la feria, como cuando era pequeña. Me subo en el caballito de madera del carrusel, pintado de azul de rojo de amarillo. Me agarro a la barra metálica y fría, cierro los ojos, siento el calor, el polvo de la tierra, el olor a algodón dulce, y me dejo llevar, arriba, abajo, abajo arriba, girando con rapidez hasta que mi vestido me tapa la cabeza y el pelo se mete por mi boca.

Son unos minutos, pero soy total absolutamente feliz. Girando y girando.

Por eso en días de tormenta, tu no puedes tocarme, ni acercarte siquiera a mi pensamiento. No te veo, no siento nada por ti. Eres todo defectos, incluso no me importaría, no volver a verte nunca más.

Me quedo tranquila muy tranquila.

CGC

jueves, 15 de noviembre de 2007

Corriendo


Si mis manos
No estuvieran tan vacías
Mi corazón tan amargado
Mis ojos ciegos
Mi mente cansada

Mi alma en pena

Saldría corriendo hacía ti
Me colgaría de tu cuello
Mordería tus labios con pasión
Mezclaría tu sangre
Con la mía

Por siempre jamás



CGC

domingo, 11 de noviembre de 2007

Agua bendita




No quiero sufrir y no voy a sufrir.
Muchas veces las ilusiones, las fantasias, ese mundo imaginario que te creas para huir de lo cotidiano, de lo sin sentido, del día a día, que vuela hacia la nada, consiguen, que pongas en tu mente, ese amor , esa ternura que sabes muy bien que no tienes.


Por eso, si construyes tu realidad con algunas fantasías, cuanto más elaboradas mejor, tienes la impresión de que mandas en algo, que tienes poder, para que, al menos esa parcela, se construya, según tu santa voluntad.

Pero es mentira, tú sabes que es mentira y en el momento menos pensado esa tela de araña imaginada, de cariño, de belleza, de amor, se te pega entre las manos y solo tienes hilos, hilos que se fijan entre tus dedos y te paralizan.
Entonces necesitas una palabra, una caricia, un beso.
Un pañuelo con sus iniciales.

Te das cuenta de que no hay nada; quizá un leve consuelo que te sirva para seguir adelante. Pero ya no puedes más.


Seguirás amando, pero tendrás que olvidar y limpiar tu cabeza y tu corazón. Porque el tiempo ya ha pasado. Su tiempo y el tuyo.
Tú lo has creado, lo has puesto todo en tu corazón. No tienes a quien reclamar.

Ahora te jodes y te aguantas.


Y pones toda tu energía en volver a la soledad, a la verdadera soledad en la que siempre has estado.

Quieres vivir en tu engaño, pero no te olvides que no tienes nada, nada de nada.
Lava tu corazón con agua bendita. Y cállate.



CGC

viernes, 9 de noviembre de 2007

Un poco de luz


Mis días y mis noches, están llenas de fantasmas.
Sobre todo mis noches.
Lamentaba no recordar mis sueños, ahora quizá por las excesivas cenas que me proporciono, todos vosotros salís de la oscuridad y me llenáis con escenas perfectas, que no lo fueron tanto pero que ahora aparecen cargadas de dulzura y realidad. Así son los fantasmas, formas de algo que no existe. Solo en nuestra mente y nuestras noches.

Si no fuera por la luz que tu esparces en mi vida, quizá podrían atraparme. Pero tú lo iluminas todo, eres de carne y hueso, aclaras mi mente y hasta cuando te enfadas y no razonas, siento el poderío que es parte de tu naturaleza enigmática.

Yo que siempre he sido mujer que buscaba la lógica, sucumbo con ganas ante tu misterio.
No eres un fantasma, aunque yo nunca encuentre tu carne; con tu luminosidad mis células, se recuperan, del sin sentido rutinario que casi siempre es mi vida.

No persigo amor, ni amistad, ni sexo, ni compañía. Sólo luz, un poquito de luz.

Como la que nos llega del sol.

Desde lejos, desde muy lejos.

CGC

viernes, 09 de noviembre de 2007

jueves, 8 de noviembre de 2007

libres


Solo te recuerdo cuando te sueño.

Siento, tu cuerpo huesudo. El tacto de tu cara de tu nariz, los enormes ojos color de miel, que cuando miraban parecía que miraban el infinito pero cuando centraban la mirada en los míos se quedaban, quietos, acuosos y serios.

Recuerdo cuando comíamos pizzas en la “tratoría”. Yo, que solo tu presencia me alimentaba, no podía comer, se me quitaba el hambre nada más tenerte a mi lado.

Eras tan tranquilo pacífico, bien educado. Sólo te ponías chillón, viendo el fútbol con nuestros amigos, incluso saltabas del asiento, mientras yo andaba por allí dando vueltas y proporcionándoos las cervezas y tapitas. Siempre me gustó verte así tan feliz. No llegué a saber de que equipo eras, realmente un año de amor, da para poco.

Sé que en la cama estabas hecho a mi imagen y semejanza, pero no recuerdo detalles. Solo un día que me tenías agarrada por los hombros, mirándome a los ojos con esa miel que me derretía, me dijiste: “Candil, te quiero.” Sorprendida y asustada metí la cabeza debajo de la almohada y te dije:” yo no hablo de esas cosas”

Siempre he pensado que tú, entre todos los demás, fuiste el amor de mi vida.

Hoy no estoy segura de si aquello que sentíamos fue realidad o solamente un sueño

Hace mucho tiempo que no te recuerdo, pero cuando sueño contigo, todo vuelve a ser igual que entonces, incluso el fútbol..

CGC

08/11/2007 0:10:02

domingo, 4 de noviembre de 2007

El día



Tengo que decidir
El día
El mes
Una hora
Para renunciar a ti

Antes de que
La esperanza
Me mate.

CGC

04/11/2007 12:09:00

viernes, 2 de noviembre de 2007

Pasión



LA PASIÓN
Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.



Cristina Peri Rossi


"Babel bárbara" 1991