domingo, 25 de mayo de 2008

Dame un susto




Te lo he dicho todo, no ha quedado nada por decir. Te lo he dicho de tantas maneras, en tantos momentos, con amor, con rabia con tristeza con esperanza con cariño te he dicho que te quiero, que te quiero, que te quiero.

Que veo tu cuerpo y siento que es mi cuerpo. Tus ojos que esconden mis ojos, tu piel que, ya, me gustaría, incluso arañar.

Te quiero y no entiendo como he tenido la suerte de conocerte de tenerte cerca de que hagas que todo el agua de mi cuerpo se convierta en un surtidor en el que me ahogo sin pedirte clemencia. Me inundas me electrizas, me atontas, me ciegas. Me vuelves loca.

Sólo me queda una manera de decirte que te amo: olvidarte, olvidarme de ti, desde ahora y para siempre.

Pero no lo haré, porque a mí, me gustas, me deleitas, me inspiras, me llenas. Me acobardas, me asustas, me espantas...

Perdí la vergüenza, el decoro, la modestia. Me tendí a tus pies como una alfombra persa.


Y tú, mi tesoro, ni te enteras, ni osas profanarme, ni me aprecias ni me desprecias.

Vale.

Y por si no lo había dicho, TQM.

Ven y dame un susto...


CGC