jueves, 25 de octubre de 2007

Días malos




Hay días malos, en los que no estás para nadie ni para nada, menos para ti.


Tienes miedo del presente y quieres volver al pasado, a un pasado que en realidad fue una mierda por más que quieras adornarlo.

En realidad mi mejor momento es ahora con 53 años. En el que he dejado de soñar más de la cuenta y disfruto lo que el día me depara sin grandes ilusiones pero suficientes.
Salvo días como hoy, en el que los recuerdos vienen a mi cabeza, recuerdos de hace, diez años, de hace veinte de más allá, pero en los que lo único que hay, es la muerte de todo lo que un día pasó o existió y el sentimiento de que nada fue completo, especial, siquiera real.

Entonces, el amor que te tengo, se vuelve posesivo, quisiera tenerte aquí a mi lado, abrazarte muy fuerte con los ojos cerrados y esposarte a mi muñeca, para toda la eternidad.

La respuesta siempre es el silencio. Silencio que no tiene solución, ni presente ni futura. Y que tarde o temprano, se hará distancia y olvido.

Todo es dar vueltas y vueltas, para adelante y para atrás. Buscando a ese alguien que nos haga sentir completas, llenas, redondas y quizá felices...

Porque sin amor, y por mucha coña que le ponga, no hay nada que hacer, por lo menos nada bueno, bueno de verdad.

CGC

jueves, 25 de octubre de 2007