sábado, 27 de septiembre de 2008

Otra vez


No me puedo quejar mi vida sexual onírica, es muy entretenida, y dados los tiempos que corren: segura y sin complicaciones.

He soñado con un hombre que eras tú y al mismo tiempo era el otro. Tú, porque conozco tu cuerpo, incluso mejor que el mío. Y el otro, del que no sé más, que el color de su ropa y la suposición, sobre la textura de su superficie.

Tú que esperabas los capricho que sabes que yo te doy. Y el otro, que cerraba, herméticamente, los labios, tan fuerte que ni podía tocar sus dientes con la punta mi lengua.
Mira que lo he pasado mal sin poder darle un buen morreo.

Y tú tan tranquilo, viéndome, querer profanar, al que me recrea, con su indiferencia... Estás tan seguro de tu poderío sobre mí, que ni en sueños, te pones celoso.

Si yo pudiera, abrirle la boca a uno y callársela al otro. Si yo pudiera hacer con los dos un solo hombre, calladito, mansito y con las puertas abiertas. No necesitaría de tantas películas.

Ha sido un sueño, que no ha estado mal, sobre todo por la vehemencia al querer sacar petróleo en una tierra reseca.

Al final no pasó nada memorable para ninguno de los tres.

Dicen que cuando follas con un hombre estás follando con todos los hombres de tu vida.

Pues es mentira.

Es con sólo dos y no hay manera. Y eso que estábamos en el mundo de los sueños.

Otra vez será…
CGC