domingo, 28 de octubre de 2007

Agua


Cuando te tengo cerca, tu aura, que es expansiva y ocupa mucho espacio en la habitación, se une a la mía y a todas las demás. Pero como yo te aprecio con todos mis sentidos, incluso con los que no tengo, traduzco en emociones lo que brilla en ti.

Presiento el poderío que tiene tu mente que a mí, mujer gallaspera. Me pone en pie de guerra, me aterroriza y asusta la posibilidad de caer en ese dominio.

Hay en ti un gran poder que no sé si tu conoces, hay personas que tienen esa extraña cualidad que hace que los demás se sientan pequeñitos. Has nacido así.

Y debajo, emitiendo una transmisión suave, se siente tu corazón, fuerte y de latido constante, grande y amoroso para los que amas, reservado para los demás. Guardado en un cofre del que solo tu tienes la llave.

Eres como un gran embalse, controlado y seguro al que solo una tormenta puede desbordar o un gran amor. Por eso te gusta aferrarte a lo seguro. Sabes que cuando te lanzas, lo haces con tanta pasión que te puedes matar o pueden matarte. Mejor agua contenida.

Cuando estoy tranquila y resignada con mi vida, a tu lado siento calma, tranquilidad y mis sentidos se embriagan con la suavidad de la belleza que emana de tu cuerpo y te admiro como a una obra de arte, irrepetible y única, ante la cual soy una mujer diminuta y que, es la pura verdad, no aspira a nada.

CGC

28 de octubre de 2007

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