lunes, 21 de septiembre de 2009

María Elena Solórzano. Ahora


AHORA
En la serenidad de este valle,
la brisa dulce
humedece las flores,
alegra mi corazón.
Sé que Tu mano
fue mi conductora
por el desfiladero proceloso
y no olvido
la sonrisa de tu lámpara
oponiéndose a la noche mortal.

María Elena Solórzano

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