jueves, 23 de agosto de 2007

Epílogo. Ángel González

EPÍLOGO

Me arrepiento de tanta inútil queja,
De tanta lamentación improcedente.

Son las reglas del juego inapelables
Y justifican toda, cualquier pérdida.

Ahora
Sólo lo inesperado o lo imposible
Podría hacerme llorar:
Una resurrección, ninguna muerte.

Ángel González

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué grande Ángel.
Y esta, en especial, una maravilla.
Saludos.
M.

Lola García dijo...

QUÉDATE QUIETO

Deja para mañana
lo que podrías haber hecho hoy
(y comenzaste ayer sin saber cómo).

Y que mañana sea mañana siempre;

que la pereza deje inacabado
lo destinado a ser perecedero;
que no intervenga el tiempo,
que no tenga materia en que ensañarse.

Evita que mañana te deshaga
todo lo que tu mismo
pudiste no haber hecho ayer.


Ángel González.

Qué bueno que algo tan simple como las palabras te pueda hacer vibrar.

Un beso.

Cándida González Cano dijo...

Cuando las palabras pueden expresar, lo que sientes lo que intuyes, aquello con lo que tus células vibran sin poder ser definido, entonces estamos ante alguien grande, grande de verdad como Ángel González. Va por tí "monstruo".
Gracias M.
Saludos.

Cándida González Cano dijo...

"Y que mañana sea mañana siempre"
Precioso el poema y de los escogidos que son los que más me gustán.

Querida Lola, las palabras son simples, sí, pero pocas cosas hay que no se puedan sustituir por palabras.
Las palabras vibran, y parece ser que somos vibración, ni más ni menos.
Yo no tengo ni idea.Pero me gusta dejarme llevar.

Besos Candi