Lo que pasa
Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche, en la
tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las
sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo como
un fuego, y me destruyes, me construyes, eres oscura como
la luz.
Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche, en la
tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las
sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo como
un fuego, y me destruyes, me construyes, eres oscura como
la luz.
Juan Gelman
5 comentarios:
Qué hermoso!
Saludos
Elisa, Argentina
Qué hermoso!
Saludos
Elisa, Argentina
me gusta esa pieza, y el escrito trae el morir y el vivir literalmente se vive a cada momento
saludos
Hola Elisa, te agradezco tu visita a mi blog y me alegro de que te gustara el poema de tu compatriota Juan Gelman, bueno entre los buenos.
Un saludo de Candi
Hola Despe, muchas gracias por tu visita y por tu comentario.
Creo que la poesía nos hace vivir con más profundidad cada momento con sus hermosas metáforas.
Un saludo de Candi
Publicar un comentario