Cuando tú me querías, me dejabas la chaqueta de tu pijama y tus zapatillas. Te quedabas con los pantalones y andabas descalzo. Me preparabas un café solo y una cerveza. Un desayuno que yo consideraba “cosa de hombres” aunque nadie volvió a prepararlo así para mí.
Me regalaste unas sandalias, las más bonitas que he tenido nunca y las más incómodas. Fuiste el hombre que más me ha mimado y que más pastillas de jabón “la Toja” gastó sobre mi cuerpo.
Me regalaste unas sandalias, las más bonitas que he tenido nunca y las más incómodas. Fuiste el hombre que más me ha mimado y que más pastillas de jabón “la Toja” gastó sobre mi cuerpo.
Eras muy buen amante, el mejor con diferencia, pero, entre el amor, el jabón y los cafés, adelgacé tanto, que se me caía la falda.
No sufrí por ti, más que un día, mejor dicho dos.
Después, yo baje a los infiernos. Tú no me acompañaste. Estoy segura de que fue mejor así.
Aquello quedó vivo para siempre, ni el tiempo ni nada, puede estropearlo.
No me inspiraste ni un solo verso. Hay cosas en la vida que ninguna palabra puede superar. Pero al amarme, me enseñaste a amar y el olor de aquél jabón, me basta para saber, que el paraíso está aquí, cuando dos personas se aman.
Gracias por haberte conocido.
A JRMP
CGC
No sufrí por ti, más que un día, mejor dicho dos.
Después, yo baje a los infiernos. Tú no me acompañaste. Estoy segura de que fue mejor así.
Aquello quedó vivo para siempre, ni el tiempo ni nada, puede estropearlo.
No me inspiraste ni un solo verso. Hay cosas en la vida que ninguna palabra puede superar. Pero al amarme, me enseñaste a amar y el olor de aquél jabón, me basta para saber, que el paraíso está aquí, cuando dos personas se aman.
Gracias por haberte conocido.
A JRMP
CGC
Gijón 31 de agosto de 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario