miércoles, 9 de abril de 2008

Hilos


Hay hilos que te agarran a la vida. Hilos que tú te creas y a los que te aferras con fuerza. Alguno de esos hilos, poco a poco se va rompiendo hasta que un día ves que se rompe definitivamente.
Hay cosas importantes a las que no puedes renunciar, porque aún tienes principios, moralidad y sabes lo que está bien y lo que está mal.

Por eso sabes que se ha roto y que ya no hay vuelta atrás. La vida es breve y no vas a vivir en la mentira, en las ilusiones, cuando no hay una gota de verdad en todo ello.
Tardas mucho tiempo en tomar decisiones, pero llega un día en el que tienes la certeza de que nada volverá a ser como el día anterior.

Está claro, no puedes aferrarte más que a ti misma y volver a empezar, sin mirar atrás, porque atrás no hay más que locura, mucha locura. Y tú, tu locura, prefieres llevarla sola.
Hay que romper, es la única forma de seguir adelante y no quedarse enredada en desamores y sinsabores.
No hay nada que pueda hacer y nada que valga la pena.
Sé que voy a llorar. Pero más vale llorar un día que luchar por nada toda la vida.

Y así con la mente clara, la mano firme y el corazón muy duro, digo adiós, no quiero nada más.

CGC

2 comentarios:

Lola García dijo...

No sé a qué dices adiós, pero tiene que haber sido muy importante par ti y suena como que has hecho lo correcto.

Candi, gracias por rus comentarios. Me alegras la vida.
Yo te sigo leyendo religiosamente, sigues siendo mi preferida, aunque últimamente no dejo comentarios por varias razones, pero que sepas que te tengo muy presente.

Mil besos,

Lola.

Cándida González Cano dijo...

Querida Lola, mi vida en los últimos tiempos se nutre de fantasias, y ese adios es a algunas de mis fantasias, no por ellos menos doloroso, pues las fantasias son carne de tu carne y más necesarias que los dos litros de agua al día.

Hablando de agua, gracias por comentar mis cosas, pues verás que mi blog está de secano. En realidad mi inspiración también. Pero ya vendrán tiempos mejores.

Me gustan mucho las palabras amistosas que me dices, aunque no me las merezco, me animan.

Un abrazo Candi