Por qué quieres jugar
A que te quieran,
Sin mojarte un zapato.
A sentarte en el altar
Rodeado de rosas bonitas.
Deberías saber,
Que el amor también hiere
A los que se declaran neutrales.
A los que meten
La cabeza debajo del ala
Y a los que temen
El castigo de Dios.
El amor necesita palabras
Gestos, silencios...
Y un corazón abierto
Como las puertas del cielo.
No todos sirven para este juego.
A que te quieran,
Sin mojarte un zapato.
A sentarte en el altar
Rodeado de rosas bonitas.
Deberías saber,
Que el amor también hiere
A los que se declaran neutrales.
A los que meten
La cabeza debajo del ala
Y a los que temen
El castigo de Dios.
El amor necesita palabras
Gestos, silencios...
Y un corazón abierto
Como las puertas del cielo.
No todos sirven para este juego.
CGC
2 comentarios:
Te he enviado un mail, ya sabes lo que pienso de este poema...me sigue agitando.
Besos,
Lola.
Qué cierto.
A mi me pasa lo contrario, voy siempre abierta a todo y así me va, hecha polvo estoy.
Quizá debiera encontrar el punto medio.
Saludos.
Sylvia.
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