domingo, 11 de noviembre de 2007

Agua bendita




No quiero sufrir y no voy a sufrir.
Muchas veces las ilusiones, las fantasias, ese mundo imaginario que te creas para huir de lo cotidiano, de lo sin sentido, del día a día, que vuela hacia la nada, consiguen, que pongas en tu mente, ese amor , esa ternura que sabes muy bien que no tienes.


Por eso, si construyes tu realidad con algunas fantasías, cuanto más elaboradas mejor, tienes la impresión de que mandas en algo, que tienes poder, para que, al menos esa parcela, se construya, según tu santa voluntad.

Pero es mentira, tú sabes que es mentira y en el momento menos pensado esa tela de araña imaginada, de cariño, de belleza, de amor, se te pega entre las manos y solo tienes hilos, hilos que se fijan entre tus dedos y te paralizan.
Entonces necesitas una palabra, una caricia, un beso.
Un pañuelo con sus iniciales.

Te das cuenta de que no hay nada; quizá un leve consuelo que te sirva para seguir adelante. Pero ya no puedes más.


Seguirás amando, pero tendrás que olvidar y limpiar tu cabeza y tu corazón. Porque el tiempo ya ha pasado. Su tiempo y el tuyo.
Tú lo has creado, lo has puesto todo en tu corazón. No tienes a quien reclamar.

Ahora te jodes y te aguantas.


Y pones toda tu energía en volver a la soledad, a la verdadera soledad en la que siempre has estado.

Quieres vivir en tu engaño, pero no te olvides que no tienes nada, nada de nada.
Lava tu corazón con agua bendita. Y cállate.



CGC

4 comentarios:

Lola García dijo...

Pues a mi crear fantasías solo me ha traído felicidad. Nunca tristeza.
Me las creo, elaboro historias, situaciones, noches... y cuando dejo de verlas es porque dejo de quererlo. Se van sin decir nada, porque mi mente ya no las necesita.
Me mantienen mientras necesito algo a lo que agarrarme.

Besos.

Lola.

Anónimo dijo...

Pero a veces te creas un mundo que no es y cuando sales y ves la realidad la caída es aún peor.
Yo intento no montarme historias.

Besos desde Canarias.

Eva.

Cándida González Cano dijo...

Tienes razón, Lola, crear fantasias no tiene por qué dar tristeza. Pero no son tan inofensivas, sobre todo cuando deseas que se hagan realidad.Y cuando se hacen obsesivas.

Cuando las fantasias me atrapan, me dan felicidad y me inspiran, pero me hacen perder mucho tiempo.

Aunque no lo quiera, mi cabeza funciona de esa manera y no creo que deje de hacerlo.

Un abrazo y gracias por tu comentario.

Candi

Cándida González Cano dijo...

Hola Eva, la realidad nunca podrá superar a la fantasía, quizá porque la fantasía pertenece al reino de lo intangible y la realidad es cosa de los seres humanos.

Estamos diseñados para imaginar, para soñar, para tocar, para acariciar, para dar un bofetón y un beso de rosca. Esas son algunas de las cosas que nos hacen humanos. Creo que sin la imaginación (crear desde la nada)no existiríamos.

Tienes razón, es difícil soportar la realidad después de lo soñado.

Pero lo nuestro es levantarnos, y como Lázaro, seguir caminando.

Besos para ti y para Canarias tierra hermosa donde las haya.

Candi