
ENTONCES
Hay muchas maneras diferentes
De hacer feliz
A una mujer
(los grandes almacenes están llenos de ellas).
Pero yo no conozco ninguna
Tan sencilla y eficaz
Como cogerla desprevenida por la espalda
Y decirle que la quieres.
Precisamente entonces,
Cuando ya
No se lo esperaba,
Cuando quizás intuía lo peor.
Karmelo C. Iribarren